Post Exprés: I miss Thailand
Ayer estuve con un grupo de personas que también había estado en Tailandia y todos habían vuelto enamorados de su todo. Estuvimos hablando mucho de lo que nos encandiló de aquel país y cuando volvía a casa, pensé sobre lo que ahora, desde aquí, echo de menos de aquellos días. Un #cursipost que no sé si os resultará o no inspirador pero que a mi me gustará tener cuando dentro de un tiempo quiera recordar cuánto me gustó este destino y cuántas ganas tengo ahora mismo de volver.
Echo muchísimo de menos ese sentimiento que tuve cuando empecé a enamorarme de cada rincón de Phuket, tuvieron que pasar un par de días… Lo notaba en el estómago y a veces hacía que se me saltaran las lágrimas… No os puedo explicar de dónde venía pero creo que tenía que ver con aquella gente…
Echo de menos los desayunos de aquel hotel. No sé si es el momento de estrés que hemos vivido estas semanas atrás pero ahora estoy sin mucho apetito, tengo el estómago cerrado… creo que todo cambiaría si me despertara cada mañana con aquel desayuno preparado en la mesa de nuestra nueva cocina en Madrid, #tilín.
Echo de menos el Pad Thai, el arroz con piña y el batido de mango de Tailandia… ¿Cómo pueden estar tan buenos los mangos en Tailandia?
También echo de menos estar de casi vacaciones pero con él… El otro día se lo contaba a mi madre, lo que más me gusta de disfrutar, es disfrutar pero con él a mi ladito… #romanticona.
Echo de menos el sonido de los pájaros. No hay ningún árbol cerca de nuestro 4º sin ascensor y a mi me gusta el cantar de los pajaritos… me dan paz. He puesto algunos en la pared del salón pero no se arrancan a piar…
Echo de menos ir a sitios por primera vez. Menos mal que este nuevo barrio está repleto de rincones por descubrir pero… quién pudiera teletransportarse a un templo, a una tienda, a una playa, a una callejuela de las de allí cuando se acaba la jornada de aquí…
Lo que más echo de menos de tailandia no es el color turquesa del mar, que el agua estuviera calentita o los peces de colores en ese entorno tropical… echo de menos el olor a lemongrass, los masajes tailandeses, decir Ka detrás de cada frase, que comprar una escoba me parezca una buenísima idea, los Khanom-Thang Taek, cómo sienta la humedad a mi piel, las charlas con mi primi sin “Mala Conexión” de por medio, el cambio horario desde allí, el agua de coco dentro de un coco…
La realidad es que lo que más echo de menos de Tailandia no está en Tailandia… y lo bueno es que existe FaceTime y aún a algunos miles de kilómetros de distancia seguimos compartiendo bailes, besos y abrazos y sesiones de makeup juntitas hasta el próximo reencuentro… ^____^
♥
Comments (2)
-
Martha
December 16, 2016Es verdad, que es una país que atrapa por todo,su gente,su comida ,sus paisajes…..TODO .Y, si además has ido con unas de las personas que más quieres en el mundo ya es lo más. Y hace que ese sentimiento se multiplique hasta el infinito. Tu sobri es preciooosa.
Besitos
Aran
December 14, 2016Uf, cómo te ha impactado ese pais… para bien! yo no lo conozco pero por el modo que lo cuentas merece la pena visitarlo por su gente y cultura
Qué cara de pillina tiene tu sobri… y esos ojazos negros… está p´darle un bocao! jejej